La guerra civil siria ha permanecido en gran medida congelada desde 2020, debido a un precario equilibrio de poder entre varias facciones con diversos grados de apoyo de Rusia, Turquía, Irán y Estados Unidos. Sin embargo, en los últimos días, aprovechando que Irán y Hezbolá han estado atados por el conflicto con Israel mientras Rusia se ha distraído en Ucrania, las fuerzas antigubernamentales Hayat Tahrir al-Sham (HTS) han tomado Alepo e intensificado su campaña contra la dictadura de Bashar al-Assad. Aunque Assad ha sido responsable de la muerte de cientos de miles de personas y su caída sería bienvenida, esta evolución plantea nuevos peligros.
Como ya hemos analizado anteriormente, la situación en Siria es compleja, y los mismos acontecimientos pueden parecer muy diferentes desde distintos puntos de vista. Con el fin de triangular una realidad informada por muchos puntos de vista, presentamos aquí una perspectiva de participantes expatriadxs en la revolución en el oeste de Siria junto con un informe de anarquistas en Rojava, la región noreste de Siria.
¿Qué está pasando en el noroeste de Siria?
Esta es una traducción de una declaración de la Cantine Syrienne de Montreuil, un proyecto establecido por participantes en la revolución siria en el exilio. Puede leer una entrevista con ellos aquí.
Una alianza de varios grupos «rebeldes» (yihadistas, islamistas, mercenarios bajo la tutela de Turquía, y similares) ha lanzado una gran ofensiva en los últimos días para romper el cerco de la ciudad de Idlib por el régimen y sus aliados, y para responder a sus ataques asesinos. La operación ha recuperado el control territorial de Alepo (la segunda ciudad más grande de Siria) y sus alrededores.
Esta ofensiva sigue a la desestabilización del régimen iraní y de Hezbolá como consecuencia de los ataques de Israel. Aliadas de Assad desde hace mucho tiempo, las milicias controladas por Irán han seguido golpeando las zonas rebeldes de Siria después del 7 de octubre de 2023. Incluso después del ataque con localizadores orquestado por Israel en Líbano, Hezbolá atacó Idlib (el 20 y el 23 de septiembre de 2024) antes de retirar algunas de sus tropas a Líbano.
En un contexto humanitario y económico catastrófico, la operación militar de los grupos «rebeldes» ha obligado a cientos de personas a abandonar las zonas que han caído recientemente bajo su control (por miedo a represalias), pero también ha permitido a cientos de personas desplazadas regresar a sus tierras y hogares y ver a sus familias tras largos años de separación y dura supervivencia en los campos de refugiados.
Hace años, Alepo ya fue liberada del régimen de Assad y autoadministrada por sus residentes entre 2012 y 2016, antes de volver a caer en manos del régimen gracias al apoyo de Rusia, Irán y Hezbolá en Líbano. Tras un asedio brutal, un bombardeo incesante en el que murieron 21.000 civiles y la destrucción casi total de la parte oriental de la ciudad, la caída de Alepo supuso una derrota militar decisiva para la revolución siria.
Hoy, sólo podemos alegrarnos al ver cómo las fuerzas del régimen se ven obligadas a huir de Alepo: imágenes de personas detenidas liberadas de las cárceles, estatuas de la familia Assad derribadas, retratos de [el líder supremo de Irán Ali] Jameini, [el asesinado secretario general de Hezbolá Hassan] Nasrallah o [el asesinado militar iraní Qasem] Soleimani destrozados. Pero seamos claros, no hay ningún motivo de esperanza para el futuro de Siria en las zonas «liberadas» por estos grupos militares, ya sean yihadistas o «moderados».
Esta operación, aunque decidida y coordinada en Siria, no podría haber visto la luz del día sin la luz verde de Turquía, que a su vez parece haberse visto desbordada por la magnitud de la ofensiva. Reconozcámoslo, pocos creen ya que [el presidente turco Recep Tayyip] Erdoğan sea amigo del pueblo sirio. Turquía masacra a las poblaciones kurdas en Siria y en otros lugares, organiza deportaciones forzosas de personas refugiadas sirias, lleva años intentando normalizar las relaciones con Assad y utiliza a los combatientes sirios como mercenarios para sus intereses geopolíticos, por no hablar de la represión de toda disidencia interna.
En cuanto a los grupos islamistas, su poder ha sido contestado durante años por la población civil de las zonas bajo su control. En 2024, se produjeron manifestaciones a gran escala en Idlib para exigir la salida de [Abu Mohammad] al-Joulani, líder de Hayat Tahrir al-Cham (HTC), el grupo que gobierna el enclave. Sin legitimidad popular, HTC gobierna por la fuerza; no ha cumplido las esperanzas de la revolución de 2011. Los sirios y sirias que se levantaron contra la tiranía de Assad y sacrificaron tanto para poder vivir en libertad no pueden vivir a largo plazo bajo grupos como HTC.
Una alegría amarga y ambigua, pues. Queda mucho por saber. Es probable que las consecuencias humanitarias sean catastróficas. El régimen y sus aliados han intensificado los ataques en las zonas ya controladas por los «rebeldes», así como en las que acaban de reconquistar. Los hospitales de Alepo ya están desbordados por la falta de recursos y personal. Aún no sabemos cuál será la posición de las Fuerzas Democráticas Sirias dirigidas por kurdos. De lo único que podemos estar seguros es del eterno retorno de los partidarios del «eje de la resistencia», que, bajo el pretexto de la oposición a Israel y al imperialismo occidental, blanquearán una vez más a los carniceros que han asesinado y desplazado a nuestras familias y amigos.
En medio de todo esto, se nos desposee en gran medida de nuestra revolución y de la posibilidad de autodeterminación de nuestro país. Entre las potencias extranjeras que juegan sus juegos de influencia con nuestra sangre y las milicias islamistas que sólo hablan el lenguaje de las armas, por el momento, la fuerza bruta y los cálculos geopolíticos decidirán nuestro futuro. La situación no es excelente, pero la caída del régimen sigue siendo el requisito previo para cualquier cambio en el país. Una y otra vez, el pueblo quiere la caída del régimen.
¡Viva Siria libre!
¡Gaza vivirá, Palestina será libre!
«Todos deben irse» por un Líbano libre.
La visión desde Rojava
Una visión general de los principales acontecimientos de los últimos dos días, aportada por anarquistas internacionalistas en Siria.
La ofensiva de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) hizo un gran avance en los primeros días hacia el este (Alepo) y el sur (Hama) y se ralentizó el 1 y 2 de diciembre. Las fuerzas del régimen de Assad parecen haber reconquistado la ciudad de Hama y detenido el avance de HTS hacia la ciudad de Homs. Las fuerzas aéreas rusas están llevando a cabo una amplia campaña de bombardeos, dirigidos contra unidades de HTS pero también contra infraestructuras civiles y militares en Idlib, Alepo y a lo largo de la ruta de avance de HTS. Se ha informado de víctimas civiles y combatientes. Jets pertenecientes al régimen de Assad también han llevado a cabo ataques aéreos, pero a menor escala. En Alepo, en el distrito kurdo de Sheikh Maqsood, las personas residentes se han preparado para la autodefensa.
Al norte de Alepo, el cantón de Şehba ha sido ocupado por el Ejército Nacional Sirio (SNA) [respaldado por Turquía]. Miles de personas que vivían en campos de refugiados desde la invasión turca de Afrin en 2018 están siendo evacuadas. Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) están organizando un corredor humanitario para que las personas puedan salir de Alepo y Şehba. Por ahora no se informa de enfrentamientos importantes entre las SDF y el SNA.
En algunas otras regiones de la Administración Autónoma Democrática del Norte y el Este de Siria (DAANES) se produjeron bombardeos de artillería y actividad de drones, pero no más de lo habitual.
Hay informes de que la milicia Hashd Ash-Shaabi, respaldada por Irán, se está adentrando en gran número en territorio sirio en la región de Deir-Ez-Zor. En la misma región, las Fuerzas de Autodefensa y el consejo militar de Deir-Ez-Zor están realizando movimientos para tomar algunas ciudades y pueblos bajo control.
No se ha visto que las fuerzas del Estado Islámico que permanecen en el desierto del centro de Siria hayan realizado movimientos importantes, pero se espera que aprovechen la situación lo mejor que puedan.
Las FDS han convocado una movilización masiva, pidiendo a los y las jóvenes que se unan a las FDS y estén preparados para repeler los próximos ataques contra el territorio liberado. Es una expectativa común que la escalada se intensificará y las facciones respaldadas por Turquía aprovecharán la oportunidad para atacar las regiones occidentales de DAANES, como Minbij.
Al principio, hubo rumores sobre un intento de golpe de Estado en Damasco; si tal intento se produjo, parece que fracasó rápidamente.
Egipto, Rusia, Emiratos Árabes Unidos e Irán han expresado su apoyo al régimen de Assad.
La Administración Autónoma Democrática del Norte y Este de Siria, también conocida como Rojava, se encuentra en medio de la nueva agitación. El número de personas refugiadas que llegan a los cantones occidentales, sumado al número de personas que han estado llegando desde el Líbano en los últimos meses, podría superar fácilmente los 200.000 en las próximas semanas.
En los primeros días de la ofensiva del HTS y del empuje del SNA contra Şehba, así como del asedio de Sheikh Maqsood, está claro que el régimen de Assad se encuentra en una situación muy difícil; parece posible que se derrumbe. Sin embargo, cualquier posible gobierno de HTS no será estable y no podrá resolver los acuciantes problemas que la dictadura de Bashar Al-Assad creó y exacerbó para Siria. No obstante, la caída de Assad podría abrir una posibilidad de cambio en la región, si el pueblo sirios -tanto el que permanece en el país como los que decidan regresar tras el exilio- consiguen revivir las ideas originales de la revolución siria.
Las principales potencias mundiales, como Turquía, Estados Unidos e Israel, se beneficiarán de la ofensiva de HTS. HTS se ajusta a todas sus necesidades como fuerza opuesta a Irán, Assad y Rusia. Dada la posibilidad de asumir la construcción del Estado si ganan, siguiendo el modelo talibán, es posible que los principales actores de HTS ejerzan su influencia en un posible nuevo gobierno futuro. Incluso es posible que los Estados mencionados apoyen a HTS en la toma del poder, ya que no están interesados en que el pueblo sirio decida por sí mismo de forma independiente.
La caída del régimen de Assad sería buena para DAANES en varios sentidos, pero también plantea grandes interrogantes:
A) Existe un grave peligro de que, liberado de la necesidad de luchar contra Rusia y Assad, el Estado Islámico aproveche la oportunidad para volver a crecer, aunque también entrarán en conflicto con HTS.
B) Cabe esperar que Estados Unidos se muestre cada vez más invasivo y manipulador si el DAANES se vuelve más dependiente de Estados Unidos para que lo proteja de una posible invasión turca.
C) La búsqueda de un nuevo equilibrio de fuerzas en la región será seguramente caótica y sangrienta, y no está claro cómo concluirá.
D) Esto es especialmente cierto porque Turquía ampliará la zona de su control directo mucho más dentro de Siria.
E) Por último, la toma del control del oeste de Siria por los fundamentalistas religiosos del HTS provocará un fuerte conflicto con el proyecto revolucionario en el noreste de Siria, especialmente en lo que se refiere a cómo ha cambiado la situación de la mujer en la sociedad.
La situación para Líbano será muy difícil, ya que el país va a quedar encajonado entre Israel y la parte de Siria controlada por HTS. Esto podría provocar una escalada de los conflictos internos. Hezbolá se quedará sin un corredor a través del cual recibir apoyo de Irán.
En el contexto regional, la DAANES representa hasta cierto punto una solución no estatal basada en el autogobierno y la autonomía cultural, religiosa, de género y étnica. Aun así, es la que menos apoyo internacional recibe.
¡Saludos revolucionarios!
Traducido por A Planeta.