Luego vinieron a por los palestinos

:

Cómo responder al secuestro de Mahmoud Khalil

Categories:
Localizations:

El 8 de marzo, agentes del Departamento de Seguridad Nacional secuestraron a Mahmoud Khalil, un organizador palestino y estudiante de posgrado de la Universidad de Columbia que tenía la residencia permanente en Estados Unidos. El Departamento de Estado de Donald Trump revocó arbitrariamente su residencia. Están reteniendo a Khalil en Luisiana, a más de mil kilómetros de su hogar.

Esto forma parte de la prometida campaña de represión de Donald Trump contra el activismo solidario con Palestina en la Universidad de Columbia y otras universidades del país. Sin embargo, ante todo, se trata de una prueba, y nuestra respuesta determinará lo que nos sucederá al resto más adelante, tal y como describió Martin Niemöller en su conocido poema.

Aquí exploraremos lo que está en juego en este momento y compartiremos la experiencia de anarquistas cuyo compañero fue secuestrado de manera similar por participar en el movimiento Occupy ICE en San Antonio, Texas, en 2018.


El plan antisemita para difamar la solidaridad con Palestina como antisemita

El régimen de Trump ha prometido deportar a millones de personas indocumentadas, y sus esfuerzos ya están en marcha. El secuestro de Mahmoud Khalil es algo diferente. Khalil es un residente permanente de los Estados Unidos que está siendo perseguido por motivos políticos. Trump busca sentar un precedente adicional para abrir un nuevo frente en su campaña para purgar a los disidentes de los Estados Unidos.

Esto es la culminación de dos años de planificación. En abril de 2023, la Heritage Foundation, respaldada por multimillonarios, publicó el Proyecto 2025, un manual para reformar el Gobierno federal de Estados Unidos con el fin de consolidar el poder autocrático en manos de Donald Trump. Aunque Trump se distanció temporalmente del Proyecto 2025 durante su campaña, este resultó ser un sólido indicador de su plan de juego una vez en el cargo.

En octubre de 2024, la Fundación Heritage dio continuidad al Proyecto 2025 con el Proyecto Esther, un manual para reprimir a quienes se oponen al genocidio. En el texto de su informe, la Heritage Foundation describe toda preocupación por los palestinos como participación en «una red global de apoyo a Hamás» y acusa explícitamente a Jewish Voice for Peace y a muchos otras personas judías de ser «antisemitas» por negarse a apoyar el sionismo. Al mismo tiempo, el informe se basa en gran medida en tropos antisemitas, como el alarmismo sobre George Soros. Esto ejemplifica la forma en que la extrema derecha ha tratado de apropiarse de las preocupaciones sobre el antisemitismo para promover el racismo, la islamofobia y las teorías conspirativas antisemitas.

Una diapositiva de una presentación de la Heritage Foundation sobre el Proyecto Esther. Obsérvese que «Soros» y Jewish Voice for Peace encabezan las columnas tituladas «Cerebros» y «Organizadores».

La principal fuente del atractivo de Trump es que ha sabido canalizar la considerable ira de los que han sufrido un descenso social, alejándola de quienes ostentan el poder y dirigiéndola hacia chivos expiatorios, creando una válvula de escape para una amplia gama de resentimientos. Pero para convertir a las personas en chivos expiatorios sin consecuencias, es necesario socavar sus lazos sociales, impedir que otras personas se identifiquen con ellas y dividir la sociedad en facciones aisladas y mutuamente hostiles.

Reducir toda la empatía hacia el pueblo palestino al apoyo a Hamás es una maniobra discursiva destinada a presentar a todos los que se pronuncian contra el genocidio como objetivos legítimos para el Gobierno de Trump. Además de demonizar a personas palestinas, el Proyecto Esther sienta las bases para atacar al pueblo judío como «antisemita» si no se suma a las prioridades nacionalistas cristianas. Esta estrategia utiliza como arma una división existente que atraviesa el Partido Demócrata -la cuestión de si las personas palestinas merecen ser tratados como seres humanos- con el fin de crear las condiciones para una toma del poder fascista en Estados Unidos, así como para una mayor violencia colonial en el extranjero. Los que más se benefician de esta estrategia no son los judíos sionistas, sino los gentiles autoritarios.

Dada la importancia del Proyecto 2025, no debemos subestimar lo fundamental que es el Proyecto Esther para la estrategia de la administración Trump. Esto nos ayudará a comprender el secuestro de Mahmoud Khalil.

El núcleo de la política de Trump es la violencia performativa. Por eso han secuestrado a un activista que nunca ha sido acusado de ningún delito, cuya esposa, ciudadana estadounidense, está embarazada de ocho meses y que tiene derecho legal a residir en Estados Unidos según todos los precedentes establecidos. Por eso han atacado intencionadamente a un negociador, del mismo modo que el Gobierno israelí asesina habitualmente a negociadores en Palestina. El objetivo es causar impacto, aterrorizar, demostrar que pueden hacer en público lo que la Administración Biden tuvo que hacer en secreto.

Todos los que han excusado o minimizado el genocidio palestino, por ejemplo, dedicando al menos tanto tiempo a hablar de los 1139 israelíes asesinados el 7 de octubre de 2023 como a abordar las decenas de miles de palestinos, libaneses y sirios asesinados desde entonces- debe comprender que hoy en día apoyar a Israel significa apoyar el fascismo de Trump. La escalada de violencia del proyecto colonial israelí contribuyó a crear las condiciones para el regreso de Trump; ahora que ha vuelto al cargo, excusar el colonialismo israelí solo puede facilitar la consolidación del poder de Trump. Como argumentamos la noche de las elecciones de 2024,

La administración Biden ya ha hecho gran parte del trabajo para desensibilizar al público en general ante el programa que una segunda administración Trump, envalentonada, intentará llevar a cabo, sobre todo apoyando al ejército israelí en el brutal genocidio que está llevando a cabo en Gaza. Al hacerlo, Biden y Harris han acostumbrado a millones de personas a la idea de que la vida humana no tiene valor intrínseco, que es aceptable matar, encarcelar y atormentar a personas por su condición de pertenecer a un grupo demográfico concreto.

O se abraza la lucha por la liberación de Palestina o se convierte en cómplice del auge del fascismo. Esto siempre ha sido así, pero hoy en día no hay excusa posible para no reconocerlo.

Incluso si su única preocupación es luchar contra el antisemitismo y no le importa lo que le suceda a personas de otras etnias, al permanecer al margen mientras se secuestra a personas palestinas, está allanando el camino para que los antisemitas alcancen el poder. Al igual que con las personas palestinas, judíos y judías están en la lista negra de posibles chivos expiatorios, y lo que le suceda a uno acabará sucediéndole a otro.

Si el secuestro de Mahmoud Khalil no tiene consecuencias graves, muy pronto la administración Trump irá más allá y secuestrará a otras activistas que obstaculicen la agenda de la extrema derecha. Del mismo modo, el genocidio palestino cometido por Israel es un modelo de derramamiento de sangre que se utilizará una y otra vez mientras no haya consecuencias significativas. Si políticos como Trump mantienen su influencia infligiendo violencia, tendrán que ampliar continuamente el abanico de personas a las que se dirigen y la intensidad de esa violencia, tal y como hicieron los nazis entre 1933 y 1945.


¿Qué hará falta?

Por ahora, un juez ha ordenado un aplazamiento temporal de la expulsión de Mahmoud Khalil de Estados Unidos. Pero esto no debería tranquilizar a nadie. Si contamos con que los jueces frenen a Trump, no tendremos ningún recurso cuando la administración de Trump simplemente ignore las leyes, y ningún plan cuando consiga sustituirlas por lacayos leales, o haga que sus lacayos sustituyan las propias leyes.

El 10 de marzo, manifestantes se reunieron en la ciudad de Nueva York para una protesta que tomó las calles, lo que en un momento dado provocó enfrentamientos con la policía. Los días 11 y 12 de marzo se producirán nuevas protestas en Nueva York, Chicago, Minneapolis y demás lugares.

Pero el objetivo de estas protestas no debe ser presentar peticiones a las autoridades. Donald Trump no es un funcionario público bienintencionado que busca representar a sus electores. Es un sádico ávido de poder que se beneficia de nuestras muestras de dolor y rabia impotente. La política en los Estados Unidos hoy en día es una cuestión de relaciones de fuerza bruta. Cuando salimos a las calles, no nos dirigimos a Trump ni a sus macabros subordinados; apelamos a nosotras mismas. Nos proponemos demostrar que la resistencia es posible, que existen tácticas que pueden ejercer una influencia concreta sobre nuestros opresores, que hay suficientes personas comprometidas con la solidaridad como para que esta se convierta en una fuerza social capaz de obligar a Trump y a sus lacayos a dimitir.

En la manifestación del 10 de marzo en Nueva York, los participantes repartieron folletos con este mensaje:

Los políticos fascistas necesitan a la policía. Pero sabemos que las masas populares pueden vencer a la policía, a sus coches, a su equipo, a sus cámaras. Todo lo que tenemos que hacer es empezar a actuar como si nuestros amigos, nuestros vecinos y nuestras propias vidas estuvieran en juego. Se han agotado todas las demás opciones. Tenemos que derribar el nuevo fascismo antes de que consolide su control. Si nos conformamos con agitar pancartas y corear consignas, nuestro destino estará sellado. Si recordamos el verano de 2020, tendremos posibilidades de luchar.

Mahmoud Khalil.


Aprender de la experiencia

Mahmoud Khalil no es la primera persona en la historia reciente en ser blanco de ICE (Immigration and Customs Enforcement) por su activismo político. Para tener una perspectiva más amplia, nos pusimos en contacto con anarquistas de San Antonio cuyo camarada fue secuestrado durante el movimiento Occupy ICE en 2018.

No es la primera vez que ocurre algo así. En 2018, ICE persiguió a un cineasta y estudiante por su participación en el campamento Occupy ICE en San Antonio. Fueron perseguidos como consecuencia de su activismo; las autoridades utilizaron sus creencias políticas y sus tuits como pruebas en su contra.

Tanto nuestro movimiento como la campaña para liberar a nuestro amigo se vieron frenados por nuestra decisión de dejarlo en manos de los abogados. Los abogados querían llevar a cabo una campaña de relaciones públicas basada en la política de la respetabilidad y en narrativas de inocencia, borrando nuestra política radical de la conversación. Con el paso del tiempo, los abogados mostraron hostilidad y recelo hacia algunos participantes en el movimiento.

Dejar la decisión en manos de los abogados y separar el apoyo legal del movimiento en sí fue perjudicial para ambos. Renunciamos a muchas herramientas que podríamos haber utilizado para luchar, lo que contribuyó a fragmentar nuestro movimiento. No hubo manifestaciones, ni días de acción, ni disturbios, ni escándalos políticos. ¡Ni siquiera una campaña telefónica!

En 2018, conocíamos el ejemplo de la resistencia del Centro de Detención del Noroeste, en el que ICE detuvo a la activista Maru Villaplanado. Maru Villaplanado fue finalmente liberada y se le concedió la residencia legal gracias a una campaña de presión y movilización. Desgraciadamente, este conocimiento no nos llevó a emprender el tipo de acciones que podrían haber marcado la diferencia para nuestra amiga.

Muchos de nosotros éramos jóvenes e inexpertos. No sabíamos más que confiar en los abogados. No sabíamos cómo aprovechar la experiencia de otros movimientos anteriores al nuestro o de otras partes del país. Desde entonces, hemos aprendido que los abogados deben tener una influencia muy limitada en nuestros movimientos. Deben centrarse en su trabajo en los tribunales. Debemos dar prioridad a la organización de una respuesta política fuerte, ya que esa es la única fuente real de poder y presión a la que podemos recurrir fuera del sistema legal.

No existe una solución milagrosa ni una combinación mágica de tácticas que garantice detener la deportación de Mahmoud. Sin embargo, si nos limitamos a depender de un sistema legal que no tiene en cuenta la humanidad de las personas cautivas, mientras que el Estado persigue a un activista por motivos explícitamente políticos, fracasaremos y, al mismo tiempo, nos sabotearemos a nosotras mismas. Nos preguntamos cómo habrían sido las cosas si hubiéramos convocado jornadas nacionales de acción. Nos preguntamos si habría habido alguna posibilidad de impedir que deportaran a nuestro amigo. No sabemos la respuesta porque no lo intentamos.

Para tener alguna posibilidad de salvar a Mahmoud Khalil o a cualquiera de los millones de inmigrantes en el punto de mira del Estado supremacista blanco, necesitaremos movimientos que sean resistentes, que crezcan en número y combatividad. Las organizaciones y acciones palestinas, inmigrantes, negras, indígenas y de la clase trabajadora deben crear una crisis política que interrumpa la maquinaria de la deportación. Si lideramos una respuesta política organizada, tendremos más posibilidades de detener la deportación de Mahmoud y nuestros otros compañeros y compañeras, y de interrumpir todo el sistema en el que se basa. Espero que todos los que se enfrentan hoy a esta tragedia puedan aprender algo de nuestra experiencia y poner en práctica esas lecciones.

No es la primera vez que ocurre esto. Si nuestros enemigos se salen con la suya, no será la última. Depende de nosotros organizarnos en defensa de nuestros amigos y amigas, familiares y vecinos.

-Algunas cigarras de Abolish ICE, San Antonio, Texas


Estamos hechos la una para la otra

Concluyamos expresando nuestro agradecimiento por el valor de Mahmoud Khalil y otras personas que han arriesgado su propia libertad para expresar su solidaridad con otras personas. Al hacerlo, nos muestran lo mejor de la humanidad, y eso nos da una razón para luchar por nosotras mismas y por las demás personas. Khalil ya se ha distinguido en la lucha por crear un mundo sin limpieza étnica ni genocidio. Nos queda a nosotras hacer lo mismo a cambio.

Todos los que han conocido a Mahmoud pueden dar fe de su increíble carácter, su humildad, su altruismo y su amor por ayudar a los demás. Siempre está dispuesto a defender a los oprimidos. Es divertido, amable y, a veces, un poco desordenado. Constantemente pone sus necesidades en último lugar cuando se trata de ayudar a las demás. Siempre le digo que a veces tiene que ponerse a sí mismo en primer lugar. Él siempre responde: «Las personas estamos hechas las unas para las otras, y siempre hay que estar dispuestas a echar una mano».

-Esposa de Mahmoud Khalil (identificada así, en lugar de por su nombre, en la fuente original)

Hay una recaudación de fondos para Mahmoud Khalil aquí.

El movimiento de solidaridad con Palestina en el campus de Columbia en la primavera de 2024.


Traducción: A Planeta